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Latinoamérica

 

Había una vez un hombre tan poderoso tan poderoso, que se creía hasta el dueño del mundo, no permitía que nadie diferente a su estatus entrará a su casa y todos los “Intrusos” que lo hacían, asumían las consecuencias de ser privados de la libertad y de ser torturados.Quienes estaban en posiciones sociales y económicas más bajas que éste, debían hacer todo tipo de favores y asumir ser siervos de éste. Aunque, habían personas que venían desde territorios muy lejanos que no permitían que eso sucediera con ellos y por el contrario, enfrentaban una guerra indirecta con el aquel hombre, para definir quién era el que tenía más poder, quién gobernaba el mundo.

 

Sin embargo, los vecinos del sur de aquel hombre, quienes asumían todo tipo de humillaciones y de irrespetos por parte de éste, pues no se encontraban en la misma posición social, realmente poseían grandes riquezas, lo cual ellos mismos desconocían, pero su “amo” no y por ello, se aprovechaba del desconocimiento de éstos y así sonsacaba todo tipo de beneficios, los cuales iban desde adueñarse de recursos naturales que le dieran más ganancias económicas a aquel magnate, también se apropiaban de la comida que tenían aquellos hombres que no carecían más que de un reconocimiento propio, aquel hombre quería tener hasta lo más propio de éstos, su cultura llena de irreverencia, amor y pasión, su instinto de lucha, sus ganas de bailar, de sus sueños que valen más que millones y es más, hasta de su risa, pues aquel hombre jamás reía.Aquellos hombres que según ellos carecían de mucho pero realmente lo tenían todo, solo debían que dejar a un lado sus nombres y diferencias.

 

Pues estos hombres compartían más cosas de las que ellos creían, tenían que unirse y solo así llegaría la libertad, libertad que respondería al nombre de Latinoamerica…

 

Por: Viviana Borja

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Si bien no te conocí físicamente, tampoco he leído ni la mitad de tu legado y ello es una labor pendiente. Por medio de tus letras entendí lo que es una pasión y me incentivaste a aceptar y adoptar la mía, que al igual que la tuya se basa en la investigación, el relato, el escribir, el recordar, el periodismo… Pero ni al caso, es un irrespeto hacer este tipo de comparaciones.

 

Tus primeras ideas se plasmaron en El Universal de Cartagena, tu legado llegó al Heraldo de Barranquilla, al El Espectador, a Prensa Latina de Cuba, fundaste la Revista Alternativa y así te convertiste en un periodista de acción que no necesitó de un título de profesión para saber lo que hacía, basándose en la exactitud y en la veracidad, pero en ese momento de tu vida hasta ahora las paradojas se avecinaban, pues quién más que tú para flotar perfectamente entre veracidad periodística y un Realismo Mágico y es ahí cuando se comprueba que ese tipo de contradicciones se producen solo con genialidades.

 

Me contaste de una población que conseguí visitar gracias a tus descripciones exactas, a tus recuerdos indelebles que dan una mirada de lo que es Macondo, imagen de tu natal Aracataca. Con un toque mágico me llevaste a pensar en “Meme” y su mística desaparición subiendo a los cielos sin explicación alguna, lo cual, se convirtió en el momento de ensueño que quedará grabado para siempre en mi mente, sin desconocer las populares mariposas amarillas, la cola de puerco, la peste del olvido, Melquiades, aquel tren que retrata la Masacre de las Bananeras y que a su vez, da indicios de tu reconocida posición ideológica.

 

En un jueves Santo al igual que tu Úrsula Iguaran, dejaste este planeta, dejaste esta tierra para vivir en un Macondo eterno, en donde el vallenato que tanto amabas se escuchará y cantará junto con Rafa Escalona por siempre, en donde quizás podrás culminar tus memorias, aquellos libros que complementaran “Vivir para contarla”, en donde se leerán los 15 cuentos que escribiste para El Espectador al igual que tu primera novela “La Hojarasca”, en donde quizás en unos años te pueda entrevistar una periodista que alguna vez mientras existías en el mundo terrenal soñó con conocerte y con poder ejercer el oficio que tanto adorabas, porque eso fuiste… inspiración.

 

Gracias Gabo por tu Realismo Mágico, por contribuir al Boom Latinoamericano, por “Noticia de un Secuestro” que recoge mis grandes pasiones, el periodismo y la política, por tu Nobel, por entregarnos tu imaginación y por regalarle al mundo obras de arte que difícilmente se olvidaran y que quedaran inmortalizadas porque fueron hechas por un Genio. Infinitas gracias y admiración profunda…

A un genio... Gabriel García Márquez 

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